La trampa de todo ser humano, hombre o mujer, es haber quedado anclados a creencias con las cuales nos hemos identificado.
Necesitamos esas banderas y esos credos para seguir adelante y no quebrarnos.
Sin embargo, solo aquellos que en el vacio, el silencio encuentren su voluntad trascendente
tendran el poder esencial de derrotar su dolor, su comodidad, sus creencias, por el poder de una voluntad vivificante que les muestre la verdad y venza a la muerte.
Pero eso solo se logra cuando trasciendan sus neurosis, sus apegos, sus falencias y sus banderas.
El ser en su desnudez es la unica guia.
Alex
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domingo, 4 de noviembre de 2012
LOGRO -DE ALEX-
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